PSICOLOGÍA CANINA

 Los efectos de la convivencia con perros en el bienestar de las personas, son plausiblemente, los más conocidos por el público general. Elementos como la mejora del estado de ánimo, una sensación de mayor seguridad o la lucha contra la soledad tienen un gran protagonismo en los medios de comunicación. Sin embargo, la investigación no arroja resultados tan simples.

  En una primera lectura, la literatura científica parece mostrar un impacto claramente positivo de convivir con perros en el bienestar psicológico, incluso en población que presenta algún problema de salud relevante. Por ejemplo, las personas aquejadas con dolor crónico suelen comentar menor experiencia de dolor cuando viven con perros, y existen numerosos estudios que detallan mejoras en el estado de ánimo, incluyendo una disminución de síntomas ansioso-depresivos, en colectivos como las personas mayores que viven en centros residenciales. Estos resultados pueden ser explicados mediante mecanismos como el condicionamiento clásico (ya comentado anteriormente) o el rol de los perros como distractores (el dolor es una experiencia consciente, y empeora cuanto más te concentras en ella). No obstante, los estudios que comparan el nivel de bienestar psicológico de personas que conviven y no conviven con perros señalan más parecidos que diferencias. Incluso en estudios realizados a través de los periodos de cuarentena por la COVID-19, donde pasear al perro era una de las pocas razones para salir legalmente de casa, las diferencias han resultado ser pequeñas. En otras palabras, las dificultades, que aquellas que no lo hacen. Estos resultados pueden parecer poco coherentes con la experiencia personal de quienes comparten su vida con perros por lo que merecen ser discutidos.

 Cabe mencionar la figura de los perros de asistencia:

♞Perro guía:  se convierten en ojos para las personas invidentes. Les ayudan a caminar por la calle sorteando los obstáculos cotidianos y les indican cuándo cruzar la vía.

♞Perros señal: son los oídos de personas con problemas de audición. Se les enseñan a reconocer distintos tipos de sonidos y poder alertar a su compañero humano tanto de su existencia como de su procedencia.

♞Perros de alerta médica: acompañan constantemente a personas con algún tipo de enfermedad, como la diabetes o la epilepsia y les avistan cuando haya variaciones.

♞Perros de TEA: ayudan a personas con trastorno del espectro autista en su día a día, mejorando su seguridad y confianza, aumentando la socialización.

♞Perros de asistencia psiquiátrica: acompañan a personas con trastornos como esquizofrenia, trastorno de estrés postraumático, trastorno bipolar, depresión, ansiedad, etc. Sus tareas son muy amplias dependiendo de lo que su compañero necesite.

 Los perros también pueden sufrir trastornos mentales...

 El estudio <<Active and social life is associated with lower non-social fearfulness in pet dogs>>, realizado por Emma Hakanen y Salla Mikkola de la Universidad de Helsinki, sobre una muestra de más de trece mil quinientos canes mostraba que más del 70% de ellos había dado muestras de miedo en uno u otro momento, bien al escuchar algún tipo de sonido estridente, como truenos, petardos o fuegos artificiales. Pero también descubrieron otros problemas en muchos de los perros analizados.

 Ansiedad por separación:

 Algunos perros no llevan nada bien el momento en el que sus dueños salen de casa. Comienzan a ladrar, a lloriquear y pueden, cuando son dominados por sus nervios, destruir algunos objetos a su alcance.

 Fobias:

 Cuando la sensación de miedo se intensifica o se dilata en el tiempo, la mente del perro puede llevar a asociar esa sensación con algún objeto o habitación, lo que provoca que, por ejemplo, algunos perros se nieguen a entrar en alguna de las estancias de la casa o que se muestren aterrorizados al ver ese objeto que "estaba ahí" cuando tuvieron sensación de terror.

 Trastorno obsesivo-compulsivo:

 Muchos perros tienden a repetir continuamente movimientos o a lamerse insistentemente las patas o rechazar todos sus juguetes, pasando su tiempo permanentemente con uno de ellos.

 Depresión:

 Aunque no lo parezca, es el trastorno más frecuente entre los perros, y sus manifestaciones pueden ser muy semejantes a las de los humanos que la padecen. Se ha probado el antidepresivo prozac (fluoxetina) en perros con buenos resultados.

 Esquizofrenia:

 Existen casos documentados de perros diagnosticados como esquizofrénicos que ladran de forma ruidosa sin que haya un motivo especial, o que muestran comportamientos agresivos sin ninguna provocación. Son perros que pueden mostrarse hoy juguetones con un perro con el que ayer hubieran querido pelear.

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