convivencia de pareja

 La buena convivencia es una de las trabas tratadas en la terapia de pareja y es que una cosa es estar enamorados y otra muy distinta convivir con la persona a la que amas, ¿te has parado a pensar cuántas personas viven en pareja simplemente por inercia?

 Normalmente los hombres se fijan más en el aspecto físico de la mujer, mientras que las mujeres se fijan más el éxito y poder social del hombre, esto viene relatado en la psicología social, mantener la atracción y la vida sexual son características relevantes en el transcurso de la relación.

 ¿Por qué falla una relación? Vivimos en una sociedad marcada por ir deprisa, el hastío, el realizar pocas actividades en común da lugar a un déficit de intercambio de refuerzos positivos en la pareja, así como la falta de comunicación para resolver conflictos e intentar hacer cosas juntas los dos... Creando unas condiciones adecuadas es fácil hablar y que se puedan deshacer los nudos y los conflictos, no es bueno dejar pasar el tiempo como quien deja un armario con ropa sucia y sin planchar, pues son asuntos que tienden a acumularse... La clave en la resolución de los conflictos es que hay que ser más racionales y menos emotivos, si no es así se entra en una dinámica peligrosa de "donde las dan las toman" o "la próxima vez yo también haré lo mismo".

 Una pareja feliz es la que consigue conciliar las historias personales de cada uno de los miembros y encontrar objetivos en común. La pareja se rompe cuando deja de ser una "fuente de dicha" tal y como ha descrito Luis Rojas Marcos.

 Discutir es una palabra a veces temida, pero no tiene por qué ser así, se puede aprender a discutir con "calidad", entendiendo que las discusiones pueden hacer daño, entonces se pueden tomar algunos consejos como: no levantar la voz, utilizar el nombre de la persona, intentar suavizar las expresiones, empatizar.

 Los casos es los cuales es necesario romper la relación es cuando no se sabe renunciar y perdonar, en este caso lo mejor es que la persona es cuestión viva sola durante un tiempo, de no ser así dará lugar a discusiones de tipo circular repitiéndose siempre los mismos contenidos hasta que el desgaste sea tan ímprobo que las consecuencias no den a más.

 Pedir ayuda profesional es muy esperanzador en la pareja, pues el psicólogo además de la terapia de pareja, ejercerá de la figura de mediador, acercando puntos, reparando los daños y marcando nuevos objetivos para lograr una calidad de la convivencia y dando lugar a una nueva "oportunidad".

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