POSTERGACIÓN

 Postergar o procrastinar, es dejar para después lo que puedes y debes hacer ahora, todo esto da lugar a la pérdida de grandes oportunidades. La explicación científica es que procastinar es el resultado subconsciente en la que nos enfrentamos a la ansiedad de llevar una labor, entonces postergar es un escape emocional a esa ansiedad.

 El que se viva en mundo con tantísimas distracciones y obligaciones, hace que desde el despertar en la cama ya vayamos excesivamente programados, a esto sumarle una mentalidad inadecuada y metas demasiado abstractas en la vida.

 Postergar no es lo mismo que la pereza, aunque se parecen mucho, en la postergación la persona retrasa activamente la ejecución de una tarea y se siente mal por no ejecutarla, por el contrario, en la pereza, no hay intención de realizar la tarea, hay pasividad y no hay remordimiento.

 Pero, ¿concretamente qué favorece el postergar? Vivir con prisa, falta de confianza en uno mismo, estar desmotivado, planificarse excesivamente, tener alguna adicción, no estar a gusto.

 Las tres etapas de la postergación son:

1) Ansiedad al estar frente a esa actividad que debemos realizar

2) Nuestra voluntad se dirige a otras tareas

3) Búsqueda de una excusa para justificar la postergación

 ¿Y según el trauma que arrastra la persona?

 El talón de Aquiles de la procrastinación: el secreto de los cinco minutos, el sistema límbico del ser humano no encuentra ninguna satisfacción. Por lo que, si tienes que hacer por ejemplo un trabajo en word, empieza a hacerlo, después de un rato (no superando los cinco minutos), esa tentación de postergar se habrá esfumado como por arte de magia y luego tendrás la recompensa de haber podido realizar la tarea que tenías que hacer.

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