ESCUCHA ACTIVA

 Cabe decir que muchas veces se pierde la necesidad de comunicación, la capacidad de compartir información de una manera óptima. La capacidad de escucha no es automática, requiere un esfuerzo intencional e inferencial.

 El concepto de la escucha reflexiva fue desarrollado por el doctor Carl Rogers, uno de los fundadores de la investigación psicoterapéutica en los años 40 en la Universidad de Chicago, uno de sus discípulos el doctor Thomas Gordon, fue el que expandió la relevancia de la escucha activa como utensilio para edificar relaciones más efectivas en todos los ámbitos.

 La escucha activa es una manera de escuchar con atención lo que otra persona tiene que decir con el objetivo de comprenderlo. La persona que emplea la escucha activa le dice al emisor lo que este le ha dicho destacando el sentimiento que contenía el mensaje, por lo tanto, es importante destacar que hemos entendido no únicamente lo que nos ha dicho el emisor sino también lo que siente. Aunque comprendemos los sentimientos de la otra persona, esto no significa que estemos de acuerdo con lo que dice o piensa.

 Oír ≠ Escuchar

 Escuchar pertenece al orden interpretativo del lenguaje frente a oír que se incluye en el territorio fisiológico.

 Escuchar implica la interpretación del lenguaje dando el significado al sonido versus a oír que conlleva percibir simplemente el sonido. Por eso está mal dicho "estoy oyendo música".

 Escuchar es activo frente o´ír que es pasivo. Podemos dejar de escuchar cuando queramos.

 Escuchar implica la realización de un esfuerzo físico y mental. Mientras que para oír no es necesario dicho esfuerzo.

 La escucha activa es uno de los elementos más importante durante la psicoterapia, para algunos psicólogos representa el 50% de la sesión. Cuando se escucha la persona se informa de los datos que le expone la persona emisora y podrá empatizar y evaluarlo.

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