HISTERIA

 Según la psiquiatría tradicional, la histeria es una enfermedad con manifestaciones múltiples en la que se produce una estrechez del campo de la conciencia y una alteración de la función motriz o sensorial que se caracterizan por fenómenos de conversión o disociativos.

 El término se deriva del griego hysteria, que significa matriz y se remonta hasta Hipócrates, que se refirió a las migraciones uterinas como base del trastorno. A finales del siglo XIX, Charcot puso de relieve el problema de la histeria como enfermedad destacando su interés médico. Desde entonces la histeria ha sido objeto de múltiples interacciones intencionales tienden a atomizar el concepto clásico de histeria subdividiéndola:

a) trastorno de conversión

b) trastorno por somatización múltiple

c) trastornos disociativos

 Se reconoce como una forma de ser o un prototipo especial de personalidad que recibe el trastorno de personalidad histriónico. Si bien se ha considerado que la histeria más frecuente en las mujeres, no ha sido probado científicamente y es probable que se manifieste de forma diferente en los dos sexos.

 Una situación que no se sabe resolver... Y es que las manifestaciones histéricas pueden ser muy diversas: un gran ataque teatral con movimientos descontrolados, golpes, arañazos... Falta de sensaciones, dolor, frío... El histérico no es un simulador, sino que transforma un conflicto emocional en síntomas físicos o psíquicos. Su manifestación histérica suele ser un intento de defensa ante una situación conflictiva de la que no sabe cómo salir, por eso no suele mostrar interés alguno en su curación.

 Actualmente el término se aplica a las feministas radicales, que en sus tesituras y comportamientos están en constante contradicción y conflicto entre ellas mismas, "no son feministas, son histéricas".

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